A pesar de que se tenía una idea de lo que se aprendería, lo aprendido ha superado con creces las expectativas iniciales. Toda la riqueza de experiencias que se han podido visitar en los distintos países ha sido inegualable.

En ellas se ha podido ver de cerca, por ejemplo, cómo Circular Farm ha establecido un diseño de producción realmente circular y, por eso, como los distintos elementos se combinan y relacionan, generando un modelo de producción alternativo sostenible en donde la innocación y la experimentación encuentran un lugar privilegiado. O cómo Rotterzwam ha podido liderar un proceso de recuperación de espacios abandonados y a la vez liderar un movimiento de circularidad que ha animado distintas iniciativas empresariales a colaborar para favorecer la transición ecológica en el territorio. O cómo el entusiasmo y los valores de respeto a la naturaleza y aprecio para el Reino Fungi impulsan un grupo de personas en Bélgica a ofrecer su trabajo de forma voluntaria porque realmente creen en lo que están promoviendo y en el impacto que puede tener en sus vidas y en las vidas de otras personas más desfavorecidas. O cómo el trabajo de Ekofungi es también una historia de resiliencia, siendo que ha sobrevivido a un conflicto que ha puesto a dura prueba la vida de la empresa y en riesgo la propia supervivencia de personas refugiadas que actualmente trabajan en esta empresa, como es el caso de una trabajadora croata.